La devoción autentica a María conduce a la devoción a Jesucristo: dos corazones en uno

La devoción autentica a María conduce a la devoción a Jesucristo: dos corazones en uno

Autor: Juan y Lis Álvarez, Asesores Nacionales Laicos de la Campaña del Rosario.

 

El día de hoy, 27 de junio, se cumplen 34 años del fallecimiento de Don Joao Luis Pozzobon. Bueno es recordarlo y “releer su testamento espiritual” una vez más.

A medida que Joao iba tomando conciencia que llegaba al fin de su vida comenzó a escribirlo en varias etapas.

¿Cómo se preparaba don Joao, para que a su partida definitiva continuara la misión que él sintió con todo su ser que la Virgen Santísima le había confiado? ¿Qué enseñanzas quería dejar estipuladas y escritas en un “testamento espiritual” para que la Campaña continuara dando abundantes frutos?

¿Qué conceptos debemos grabar profundamente en nuestros corazones y en nuestras almas para ser fieles a la identidad que él quiso darle a la Campaña, como misión mariana dentro de la obra de Schoenstatt?

Sin dudas, su testamento espiritual es un documento de enorme riqueza, extenso para comentarse en pocas palabras.

Hay mucho escrito al respecto, porque el testamento espiritual de don Joao es público. Sin embargo, es el Padre Esteban Uriburu, conocedor y descubridor de esta “piedra preciosa”, quien se encargó de interpretar, escribir y hablar profundamente acerca del mismo.

Queremos recordar a don Joao en algunos de sus últimos deseos-ideas que nos dejó para marcarnos el camino. Pozzobon había comenzado bastante tiempo antes de morir a escribir su testamento espiritual. Él estaba dejando en claro cuáles eran los puntos importantes donde se había apoyado su vida y su acción apostólica de la Campaña del Rosario.

Quiso mantener, sin dudas, la continuidad y la identidad de la campaña, según su experiencia como iniciador de esta gran misión, para no dejar que la esencia de la misma se perdiera. Volver a las fuentes no es ser arcaico, es ser fiel a un carisma, es mantener encendida la antorcha de la tradición, de lo más genuino y verdadero cuando uno se siente identificado con esa misma misión.

Don Joao fue ante todo un “ser elegido”. Él supo decir sí a lo que María le pedía, pero también dejó que la gracia de Dios actuara en él. No escatimó esfuerzos, sufrimientos ni cruces. Todo lo ofreció en su camino de santidad por Schoenstatt, por la Mater y por su esforzada Campaña. Dirá:

“Me ofrezco como holocausto por mi rica familia y por la grandiosa misión que me fue confiada: la gran Campaña del Santo Rosario y el apostolado en general”.

 

 

El fundamento de su vida y su acción apostólica

Entre otras cosas habla de tres puntos principales en los que baso su vida y acción apostólica: salvar a la familia, el encuentro con la Santísima Virgen y un encuentro con Jesucristo, su Hijo y Dios Trino.

Salvar a las familias

Su mayor objetivo fue “Salvar a las familias”. En su testamento escribe:

“Nuestro objetivo actual es salvar la familia con todas nuestras fuerzas a través de la santificación”.

(…) “unidos queremos salvar la familia, en una caminata de paz, como hijos de Dios”.

Don Joao nos marca cuáles son los objetivos de nuestra misión y nos da a conocer cómo lograrlo. Sabía que la Obra de Schoenstatt le procuraba los aportes necesarios para que esto pudiera ser posible: la vinculación al Santuario, las Alianzas de Amor, el Santuario Hogar, la espiritualidad y pedagogía de Schoenstatt, pero, sobre todo, el peregrinar de casa en casa con la imagen de la Madre y Reina de Schoenstatt, permitiéndole a Ella obrar milagros.

Encuentro con la Santísima Virgen

El sentido más profundo de su vida lo dio su encuentro con María en la Alianza de Amor que sellara, siendo ya grande, a la edad madura de 46 años. Vivió esa Alianza de Amor hecha vida, día a día, mes a mes, año a año. Su vida era un constante ofrecerle a la “madresinha” todas sus acciones, su mística, su piedad y sus sacrificios.

Encuentro con Jesucristo, su Hijo y con Dios Trino

Nos dirá Don Joao:

“La devoción autentica a María conduce a la devoción a Jesucristo: dos corazones en uno”.

Para que nuestro amor a María sea poderoso, debe conducirnos siempre a Jesús y al Dios Trino. Él anhelaba llevar muchas almas a Jesús. Tomó esta premisa del mismo Padre Kentenich, quien a su paso por América del sur había dicho:

“Personalmente considero de gran importancia para el ámbito cultural de los países latinos, que la devoción a María reconquiste su relación con Cristo y con el Dios Trino”.

 

Maestro de vida

Don Joao fue un maestro de vida, cristiana y schoenstattiana. Nos enseñó que la Campaña del Rosario tiene amor por la vida humana, la familia. Él mismo se ocupó de mostrarnos todos los detalles que un buen padre de familia debe guardar, para con sus hijos y para con su esposa. Supo educarlos con amor, con responsabilidad y con el ejemplo de una vida santa.

Pero también don Joao, hizo crecer su esforzada Campaña del Rosario a la luz de la mística, la piedad, la Iglesia y la Obra de Schoenstatt que tanto lo habían marcado en su vida.

Sus oraciones fuertes, el rezo del Santo Rosario y las innumerables prácticas de fe y amor al prójimo, que tan sencillamente y en forma natural don Joao practicaba, son un legado imposible de no cumplir por todos nosotros si queremos extender y engrandecer esta misión, para honrarlo y para conmover la misericordia de Dios, a fin de que se nos regale la beatificación de este, su siervo.

Para ello, la Campaña no funciona ni se santifica sola, necesita que repliquemos en nuestras vidas, en la medida de nuestras posibilidades y fuerzas, algo de todo lo que don Joao nos enseñó con su vida.

Esforzarnos por el otro, procurarle a la Virgen Peregrina ocasiones para obrar, llevándola de casa en casa, rezando y realizando prácticas piadosas que alimenten nuestras almas y fortalezcan el apostolado. “Ramilletes espirituales” como le gustaba llamar al conjunto de variadas oraciones y/o prácticas, cuyo sentido era la comunión de los santos, el rezar unos por los otros.

Don Joao nos deja como herederos de una gran misión. Debemos descubrirla en la hondura de su vida y de sus acciones. Podríamos decir, para honrarlo en este nuevo aniversario, que los misioneros somos herederos de “un hacer”, pero también de “un ser”.

Que por su intercesión en el cielo, donde ha prometido llevar todas las colaboraciones y encuentros del gran crecimiento de esta Campaña, estando junto a nosotros, Don Joao nos bendiga, a todos los misioneros y misionados, a nuestras familias y a nuestra Patria querida, nos haga fructíferos en esta misión y nos regale su carisma fiel a Schoenstatt, perseverante en su amor a la Santísima Virgen y dispuestos a ahondar profundamente en el corazón de Dios Trino.

 

Juan y Lis Álvarez

Asesores Nacionales Laicos

 

 

 

 

Oración por la Canoninazación del Diácono Don João Luis Pozzobon

Dios, nuestro Padre, hiciste de João Luis Pozzobon, un esposo, padre ejemplar, amigo de los pobres y peregrino incansable. El dedicó su vida a llevar a nuestra Señora de Schoenstatt a las familias, hospitales, escuelas y cárceles rezando el Rosario.

Por eso, Padre, con confianza te pido que, si fuera tu voluntad, este siervo tuyo sea canonizado, y que por su interseción pueda recibir la gracia que tanto necesitamos … (Pedir por la vida en todo sentido).

Así rezo, con María, la gran Misionera, para tu gloria, el florecimiento de la Iglesia y la santificación de las familias. Amén.

Padrenuestro, Ave María y Gloria.

 

 

Bibliografía consultada: JOAO LUIS POZZOBON. Peregrino y misionero de María. Esteban Uriburu. Mario V. Tubert.