Hoy más que nunca: Hija del Padre, forjadora del Reino

Hoy más que nunca: Hija del Padre, forjadora del Reino

Autor: Cami Capria y Pauli Sanguinetti

 

 

Querida Familia:

 

¡Después de posgustar nuestro Congreso Nacional de Dirigentes nos sentamos a escribirles, para compartirles un poco de lo vivido!

 

Hace 100 años, 24 soldados/excombatientes de la primera guerra mundial, se reunieron en Hoerde, con el anhelo de poder llevar la Alianza de Amor por fuera de los muros del Santuario. Entendieron que en sus manos estaba la responsabilidad de forjar el Reino de Cristo en la Tierra, de la mano de María, y por ese ideal, se jugaron la vida. Por eso, para responder a los desafíos de la época (posguerra en Alemania, abundante pobreza y desesperanza) fundaron la Federación Apostólica, semilla del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, para formarse como apóstoles laicos al servicio de la Iglesia.

 

Este suceso, de alguna forma quiso ser recreado el fin de semana del 2 y 3 de marzo en nuestro Congreso de Dirigentes. No fuimos 24 jóvenes alemanes sino alrededor de 80 mujeres jóvenes de muchos lugares de nuestro país. Actualmente, no vivimos una guerra de trincheras y balas, pero nuestros valores e ideales son diariamente atacados y confrontados. Vemos en la mujer actual heridas que intentan ser sanadas por caminos que generan más dolor.

 

Ante esta realidad, quisimos como dirigentes de la Juventud Femenina Nacional volver a decidirnos por nuestros ideales, y por eso afirmamos con alegría que hoy más que nunca queremos ser Hijas del Padre, Forjadoras del Reino. Así como el Santuario en el camino de restauración deja ver sus cimientos, nosotras queremos mirar de nuevo “nuestros cimientos”. Queremos profundizar sobre nuestras raíces, sobre nuestro anhelo de ser pequeñas María que viven en el mundo actual comprometidas con una realidad compleja y cambiante.

 

La Mater nos toma de nuevo, nos elige como sus instrumentos, a cada una personalmente. Queremos decirle de nuevo que queremos pertenecerle, que queremos colaborar en la Misión que Dios le confió a nuestro Padre Kentenich.

 

 

 

Durante los tres días trabajamos sobre aquellos puntos que como Juventud Femenina Argentina queremos mejorar. Notamos que la realidad en la que nos encontramos es muy similar en cada una de nuestras diócesis. Coincidimos en que estamos en una etapa de renovación, de regeneración de nuestra rama. Gracias a la obra de la MTA sobre tantos corazones, muchas chicas decidieron sumarse a Schoenstatt unidas en el anhelo de encarnar el ideal de pequeña María.

 

Por eso buscamos puntos sobre los cuales apoyarnos, para poder hacerles conocer lo que verdaderamente significa pertenecer al Movimiento. Así, encontramos tres objetivos que queremos aplicar en nuestros respectivos santuarios:

 

Queremos revisar el material del que disponemos para nuestra formación, para poder ser respuesta a las situaciones que vivimos, según cada edad, en nuestra rama.

Buscamos también abrir nuestros espacios para generar un diálogo fluido con las problemáticas que nos conciernen como mujeres argentinas.

Queremos ponernos a disposición de la Iglesia, colaborando en las parroquias locales, y así verdaderamente encarnar un “Schoenstatt para la Iglesia”.

 

Todo esto lo firmamos en un documento, quienes asistimos al Congreso, en nombre de todas nuestras diócesis. Buscamos comprometernos verdaderamente con el significado del apostolado de nuestra JF, siendo forjadoras del Reino.

 

Para tomar estas decisiones estuvimos escuchando charlas, testimonios, debatiendo cada situación, y rezándole al Espíritu Santo para que nos ilumine en nuestra tarea como dirigentes.

 

Imploramos ahora a toda la familia de Schoenstatt, que nos acompañen en la oración para poder lograr lo que nos hemos propuesto para este nuevo año que comienza. Que María, modelo de mujer, madre y esposa, sea siempre nuestro faro en el camino; nos eduque y conduzca en este camino.

 

 

Cami Capria y Pauli Sanguinetti

Coordinadoras del Congreso Nacional de Dirigentes de la JF