Jornada Virtual de coordinadores y agentes pastorales “Servidores de la esperanza 2020”

Jornada Virtual de coordinadores y agentes pastorales “Servidores de la esperanza 2020”

Desde nuestros Santuarios, servidores de la esperanza

Autor: Hna. María Lupiañez


Como equipo de espiritualidad quisimos centralizar nuestros aportes en un lema y en un logo que nos uniera, que fuera la guía de lo que anhelábamos ofrecer.

Esto nos parecía central porque sabíamos que era una jornada histórica por el contexto en el que la realizamos y, al ser virtual, nos teníamos que valer de otros medios para garantizar la profundidad de la jornada.

Buscando qué es lo que quería Dios recordamos el año mariano, la realidad que nos circunda, es decir, fuimos escuchando la voz del tiempo, del ser y del alma… “Necesitamos esperanza para vivir este tiempo de tanto dolor e incertidumbre…” “El Santuario del hogar es la corriente actual, es un regalo que tenemos que ofrecer más y más…” “Nos uniremos todos los que colaboramos en el servicio de la Familia diocesana…”

Por todo eso vimos que el lema del Congreso mariano sintetizaba esto que conversamos pero le dimos el toque schoenstattiano con el Santuario… Y el logo expresó todo esto.

Desde nuestros Santuarios

2020: ¡qué año tan particular! Año mariano nacional. ¡Qué maravillosa la Providencia de Dios que este año signado por la pandemia sea un año mariano, un año de María!

El misterio más importante, más grande, más sagrado de Schönstatt es el Santuario. Allí la Mater descendió. Desde allí Ella actúa y nos regala sus dones y gracias. Desde allí manifiesta que es Reina. Y esto da en una corriente de vida que fluye desde el Santuario Original a los Santuarios filiales y a cada Santuario del hogar. ¡La gran red de Santuarios!

Servidores

En este año, con esta realidad, Dios nos pide que sirvamos. El servicio es conocer las necesidades reales, concretas de las personas que servimos. “El verdadero poder es servicio”, nos decía el Papa Francisco el día que asumió el pontificado en 2013.

¡El servicio nos hace creativos, solidarios, nos saca del egoísmo y de la mirada individualista. Nos hace romper muros. No hay cuarentena, ni pandemia que impida el servir.

Esperanza

El Señor, en este tiempo nos ha hablado muy fuerte, hemos experimentado tantos dolores, angustias y preocupaciones. Sin duda nuestra vida cambió totalmente.Por eso en este tiempo tenemos que ser testimonios de esperanza más que nunca. Si no qué nos distingue de las personas que no creen. 

NUESTRA ESPERANZA TIENE UN NOMBRE: JESUCRISTO
Y SE FUNDA EN UN HECHO: SU RESURRECCIÓN.


La resurrección del Señor es fundamento y garantía de la nuestra. “Dios, que resucitó al Señor, también nos resucitará a nosotros por su poder.” (1 Co. 6, 14). Por eso sabemos que la muerte no tiene la última palabra. El hambre. Las guerras. El cáncer.  La depresión. Esta pandemia. NO tienen la última palabra. Las tristezas no son el horizonte definitivo, no terminan con el hombre. A una vida “crucificada” le espera la resurrección.

La esperanza es el sueño de los despiertos, decía Aristóteles. La grandeza de aquello en que se espera, determina la calidad y hasta el heroísmo de mi esperanza.

“En la Cruz de Cristo hemos sido salvados para hospedar la esperanza y dejar que sea ella quien fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Abracemos al Señor para abrazar la esperanza. Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza. “

Que podamos llevar a la vida el lema y seamos –en lo grande y en lo pequeño- DESDE NUESTROS SANTUARIOS SERVIDORES DE LA ESPERANZA.

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