El Camino de Brochero, peregrinación que transforma

El Camino de Brochero, peregrinación que transforma

Autor: Juan Manuel Elías

 

¿Qué es el Camino de Brochero?

Por segunda vez, entre el 1 y el 5 de Marzo de 2019 con un centenar de jóvenes, realizaremos una peregrinación, desde la ciudad de Córdoba, Argentina, hasta la localidad de Villa Cura Brochero, donde descansan los restos de este Santo argentino. Recorreremos el mismo camino que el Cura Brochero realizara, más de 140 años atrás, a lomo de mula.

Inspirados en el “Camino de Santiago” y la “Cruzada de María”, queremos ofrecer a la Juventud Masculina una oportunidad para tener una actividad a nivel nacional e internacional, en la cual los jóvenes puedan profundizar en el ejemplo de santidad de Brochero, y encontrarse con Dios desde la maravilla de la naturaleza.

La peregrinación durará 5 días y caminaremos aproximadamente 150 km, cruzando las Altas Cumbres de las Sierras de Córdoba (2240 metros) por un antiguo camino. Cada noche seremos recibidos y podremos descansar en parroquias, monasterios, y lugares de camping en Malagueño, San Antonio de Arredondo, Copina, Pampa de Achala, Mina Clavero, y finalmente Villa Cura Brochero.

 

¿Qué motiva esta peregrinación?

Desde hace tiempo, el ejemplo de la vida de San José Gabriel del Rosario Brochero inspira a los serranos y cordobeses, pero con seguridad desde la Canonización, su legado y su figura se han difundido y universalizado en toda Argentina y más allá.

 

 

Seguir los pasos de este Santo que nos regala la Iglesia, sus gestos de caridad y preocupación por los hermanos mas necesitados, su devoción por la Eucaristía, por la Virgen María, son la meta de esta peregrinación. No sólo queremos caminar y conocer a Brochero, sino también ofrecer nuestro camino rezando y llevando al Santo Cura las intenciones y pedidos de quienes nos lo soliciten, tanto a nivel nacional como internacional. Para ello hemos comenzado una campaña para recolectar intenciones y pedidos al Santo.

 

¿Quién fue San José Gabriel Brochero?

Nació en Villa Santa Rosa, provincia de Córdoba, el 16 de marzo de 1840, fue un presbítero católico argentino, llamado popularmente “el cura gaucho”.

El 4 de noviembre de 1866 se ordenó sacerdote. Primero, desempeñó su ministerio sacerdotal en la catedral de Córdoba y fue prefecto de estudios del colegio seminario Nuestra Señora de Loreto.

Ya en 1867, Brochero se destacó por su entrega en la asistencia de los enfermos y moribundos durante la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba.

El 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del departamento San Alberto, conocido hoy como el Valle de Traslasierra, con sede en la localidad de Villa del Tránsito, que a partir de 1916 llevaría su nombre. Dicho valle contaba entonces con unos 10 mil habitantes. Allí, asumió como propias las necesidades de la gente. Con sus manos construyó iglesias y capillas, levantó escuelas y abrió caminos entre las montañas, animando a los pobladores a acompañarlo.

En su vejez, el padre Brochero enfermó de lepra, como consecuencia de convivir con enfermos que padecían esa enfermedad, compartiendo inclusive el mate con ellos. Por esa razón, quedó sordo y ciego antes de morir en Villa del Tránsito el 26 de enero de 1914.

 

 

¿Quiénes pueden participar?

Todos los jóvenes varones a partir de los 18 hasta 26 años, que formen parte del Movimiento de Schoenstatt, pueden inscribirse y sumarse a esta peregrinación. Para ello es necesario completar un formulario de inscripción y adherir a los requisitos necesarios. Quienes quieran informarse más puede buscarnos en Internet, en nuestra página de Facebook o escribiendo al correo electrónico que se detalla más abajo.

Y si no puedo peregrinar, ¿cómo puedo participar?

En esta peregrinación, queremos llevar todos los anhelos y peticiones para que nuestro futuro santo se las presente, por manos de “La Purísima”, al Buen Padre Dios; por eso, si quieres sumarte espiritualmente, lo puedes hacer enviando un mensaje con tu pedido de oración a nuestra página de Facebook o a nuestro correo electrónico.

 

Nuestras vías de contacto son:

Facebook: El Camino de Brochero

Instagram: @elcaminodebrochero

Web: El Camino de Brochero 

G-Mail: elcaminodebrochero@gmail.com

 

 

Testimonios de peregrinos
Las manos de otro peregrino eran las manos de Dios que moldeaba mi vasija herida

“Este viaje empezó con un sí a Dios apenas unos días antes, sin saber en qué me estaba metiendo ni por qué. Al principio, sólo con la firmeza de ser un simple cartero recorriendo el camino, rezando por esas intenciones y con la seguridad de que por algo Dios me había llamado. Creía que tal vez, por mi experiencia iba a ser un humilde pastorcito arriando ovejas o caminando a su lado. Pero en el camino descubrí que tenia ocultas heridas del pasado que debía sanar. El silencio y la oración, junto al servicio y el dolor, fueron las manos de Dios moldeando una vasija que venía con magullones  y más de una saltadura, y que esas manos muchas veces era otro peregrino. El paisaje dejaba ver a Dios en cada dirección y nos hacía pequeños ante tan inmensa belleza. Sin dudas, Jesús caminaba con nosotros y se dejaba ver en cada peregrino o en cada persona que alcanzaba agua o simplemente alentaba para no aflojar. Un ángel en forma de perrito nunca nos dejó solos, acompañándonos casi todo el camino; y me marcó a fuego ver al llegar a San Roque (acompañado por un perro), a la Iglesia de Brochero. La llegaba al pueblo del Santo Cura no se puede explicar, ya que para tanta alegría y emoción no alcanzan las palabras. Un gesto me nació al volver al Santuario: arrodillarme, llevar la mano al corazón y luego a la boca, soplando como uno sopla un beso, y entregar el corazón a Nuestra Madre como en la Alianza de Amor” (Esteban Cabrera, peregrino de La Plata).

 

El Camino que se hace servicio

“El Camino de Brochero fue para mí una escuela de vida; en ella experimenté todo tipo de experiencias. Como miembro del equipo de cocina, quería “mimar” a los peregrinos siempre que pudiera, estar siempre a su disposición y ocuparme de todas sus necesidades. Obviamente no daba abasto, me había puesto la vara muy alta y me puse nervioso al sentir que no podía cumplir con lo que me había propuesto. Pero “Nada sin ti, nada sin nosotros” versa un lema de Schoenstatt y la Mater “se la jugó”, hizo que del cansancio del equipo, de levantarse una hora antes para hacer el desayuno y  acostarse dos horas después preparando el almuerzo del día siguiente, se obraran maravillas y se dejaran huellas. Volví con muchos hermanos, soldados de la Mater con los que caminaría mil veces más.” (Franco Gutiérrez, Córdoba, equipo de cocina).

 

Una locura que se transformó en querer vivir la santidad de la vida diaria

“150 km a pleno sol, durante las vacaciones y caminar 30 km por día parece una locura. Y si, es una locura, pero de amor. Una locura que se vuelve fraternidad y solidaridad, compartir y caminar. Durante estos días tuvimos la certeza de que no caminábamos solos, que María se hacía presente en cada acontecimiento, en los vínculos, en la naturaleza que nos rodeaba, en la oración y que el Padre Brochero iba cabalgando en su mula “Malacara” por los senderos que transitábamos. Una locura que se transformó en un anhelo por querer vivir la santidad de la vida diaria de una forma concreta y vivida en el día a día, con sencillez y entrega. Una locura que se transformó en comunidad orante, donde muchas almas depositaron sus plegarias y anhelos en nuestras manos, y pasaron a las manos de nuestro Cura Gaucho. Comprendimos que la vida, muchas veces se hace un día de 30 km. Donde comienzan a salir ampollas que molestan al caminar, donde el calor se hace insoportable y quiere hacernos abandonar el camino, donde el no ver cerca la meta me desilusiona y me hace perder las esperanzas.  Todo esto puede pasar en nuestra vida diaria, pero no caminamos solos, caminamos con muchos otros hermanos en Alianza, caminamos de la mano de la Mater, caminamos de la mano de los santos, y Dios de una manera providente y llena de misericordia, nos va conduciendo por sus caminos. El Camino de Brochero nos animó, una vez más, a luchar por la santidad, a transmitirla y a vivirla en nuestras vidas” (Equipo de espiritualidad).