Carta de Alianza febrero 2020

Carta de Alianza febrero 2020

Querida familia de Schoenstatt de Argentina:

¡Bendecido día de Alianza! Lentamente el año va comenzando y las rutinas cotidianas vuelven a hacerse presentes en nuestra vida. Vamos retomando nuestros quehaceres diarios. Nos vuelve a desafiar aquel conocido y siempre vigente ideal de la santidad en la vida diaria. A lo de todos los días vivirlo como una ofrenda de amor a nuestra Madre y por eso, hacerlo con más esmero y corazón. Allí vuelve a estar nuestro desafío. 

Año Mariano/Año de la mujer 

Transitamos un año mariano en la Iglesia Argentina y la familia de Schoenstatt lo vive entretejido con el jubileo por los cien años de la mujer en el Movimiento. A través de la persona de María y su colaboración en el plan de salvación, el P. Kentenich intuyó el valor de la mujer en la evangelización y plasmación de la cultura. “La moral, el idealismo y la fecundidad de un pueblo se mantiene o decae en consonancia con el destino de sus mujeres.” (Padre Kentenich, Sobre el ideal de la mujer) 

Un conocimiento profundo del ser humano le permitió a nuestro Padre captar las originalidades de cada sexo, sin pretensiones taxativas sino orientativas. “La manera de ser del varón se orienta más hacia la conquista, lo exterior, lo corporal, lo palpable. Si el ser de la mujer no le ofrece al varón un complemento en estas áreas, entonces no nos extrañemos de que la cultura entre en un proceso de paulatina desintegración.” (Padre Kentenich, Sobre el ideal de la mujer) 


En Schoenstatt, esta claridad de pensamiento de nuestro Padre, ha plasmado la dinámica de todo nuestro movimiento. Creemos en una cierta misión particular tanto del varón como de la mujer, y que ambas misiones son complementarias. Es parte de nuestro carisma. Queremos vivirlo en plenitud y regalarlo a los demás, aunque claramente hoy en día, muchas corrientes vayan en sentido contrario. No nos extraña la actualidad de esta visión del Fundador pensando en nuestra Argentina año 2020 y la pregunta en torno a la vida que permanece abierta. He ahí lo profético en el carisma de Schoenstatt.


En esta línea, el próximo 8 de marzo, día de la mujer, los obispos argentinos nos convocan a una multitudinaria Eucaristía en nuestra simbólica basílica de Luján bajo el lema “Sí a las mujeres, sí a la vida”. Estamos nuevamente ante la posible despenalización del aborto y como pueblo fiel queremos expresarnos. Estamos convocados a unirnos todos en esta celebración, físicamente, aquellos que estén más cerca o tengan la posibilidad de llegarse, y todos, espiritualmente. 

Cuaresma: tiempo de “unilateralidad orgánica”

Nos encaminamos a la cuaresma. Tiempo litúrgico donde el Señor nos quiere regalar la gracia de la conversión. Tiempo para crecer en la radicalidad de nuestra vida de Alianza. Generalmente nos gusta la idea kentenijiana de lo orgánico. La unimos muchas veces con la idea de armonía y eso nos brinda paz. Sin embargo, Kentenich también supo hablar de unilateralidades orgánicas. Como también nuestro Señor habló de que vino a traer la guerra y no la paz. (Mt. 10, 34)

Cuaresma nos lleva en esa dirección. La unilateralidad orgánica es la acentuación de algo concreto, sin perder la visión del todo. Las prácticas cuaresmales (ayuno, oración y limosna) son ejemplo de ello. El tiempo de cuaresma es un tiempo para exigirse. Nuestra Alianza de Amor tiene que tener momentos de férrea radicalidad, de “dar hasta que duela” en el decir de la Madre Teresa, de poda para que nuestra vida dé luego más frutos (Jn 15,2). Cuaresma es el tiempo para ello. 

Unámonos a la familia de Pilar (BA) en la conquista del futuro santuario. ¡Ya se están levantando los muros, la Mater va erigiendo su trono de gracias! Seguimos peregrinando como pueblo fiel argentino rumbo a la gruta de la Virgen del Valle, esperanza nuestra. Saludos y bendiciones,

P. Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional