Trienio hacia los 50 años del Santuario de La Loma

Trienio hacia los 50 años del Santuario de La Loma

Autor: Pbro. Ricardo Abalde

Si bien tenemos en claro que todos los Santuarios de la Virgen de Schoenstatt del mundo buscan ser un reflejo lo más parecido al Santuario original ubicado en Vallendar, Alemania, también sucede que los que pertenecemos a una determinada comunidad tenemos la sensación de que es en nuestro Santuario donde nos sentimos más plenos.

Tan es así que cuando conocemos un nuevo Santuario, podemos disfrutar allí el cobijamiento de nuestra Madre, pero no como lo experimentamos en ese hogar que es nuestro “propio” Santuario.

El nuestro es el Santuario de “La Loma”, el Santuario de la Divina Providencia, en Paraná. Entre Ríos. El año pasado advertimos que estábamos próximos a cumplir los cincuenta años de su bendición, el 31 de mayo de 1975.

Y entonces surgió el anhelo de vivir un trienio de preparación para este acontecimiento que no es poco significativo. Son cincuenta años desde que la Mater quiso establecerse en la ciudad de Paraná. Cincuenta años en los que hemos recibido abundantes gracias. Cincuenta años en que vimos como la Mater se fue instalando en todas las Parroquias de nuestra Arquidiócesis, así como también en una enorme cantidad de ermitas. Vemos su imagen en colectivos, en taxis, en muchos negocios.

Prepararnos para este acontecimiento es agradecer el amor de madre de la Virgen, que tan generosa ha sido con nosotros.

“Fueron pasos lentos pero seguros de nuestros primeros en la ermita de Villa Warcalde (Córdoba) en el año 1959 cuando manifestaron sus deseos de ser aliados y de que sería bueno que Ella esté en Paraná. Allí se dio un primer paso. No se sabía cómo seguiría, pero si floreció en ellos una enardecida actitud de conquista y confianza” (expresión testimonial de Norberto Leiva, Paraná).

En la jornada de arranque de la familia de la Providencia de este 2022 recibimos el testimonio de nuestros primeros. Nos contaron una vez más lo que ya sabíamos, pero que tan hermoso fue volver a escuchar.

Recordaron que lo primero que en el predio de  “La Loma” se construyó fue  un ranchito para la Mater. La Providencia divina quiso que ese ranchito se quemara. Muy lejos de ver este signo como una desgracia, despertó en ellos un ímpetu muy profundo que dio origen a un propósito: “quema tu vida y levantarás el Santuario”.

Con esa inspiración, durante la jornada de arranque, cada miembro de las distintas ramas expresó un anhelo para la vida futura de nuestra familia.

Y al celebrar el aniversario número 47 de la bendición de nuestro Santuario realizamos dos gestos significativos. En primer lugar quemamos en nuestro Ver Sacrum los anhelos expresados, para dejar constancia de ellos. Y lo hicimos en el mismo lugar físico donde el histórico ranchito se había prendido fuego. Esas cenizas serán usadas para el capitalario de gracias que nos acompañará en los próximos tres años.

Como segundo gesto, encendimos una vela blanca en la puerta del Santuario como signo de que estamos encendidos para seguir construyendo nuestra familia y para llevar adelante nuestra misión. Escuchamos también un breve audio grabado por uno de nuestros primeros, Quitito Asencio, que con el ardor y la fuerza de un fundador nos instó a seguir quemándonos, para seguir sosteniendo al Santuario desde nuestro amor y entrega.

Por último, la noche de Pentecostés, después de Misa, realizamos un tercer gesto. Plantamos en el mismo lugar de aquel ranchito, el propósito escrito en madera, para siempre recordar nuestro origen y para reavivar el amor al Santuario de la Mater de Schoenstatt. Ese día invocamos la acción del Espíritu Santo en una oración escrita también por Quitito.

Oración al Espíritu Santo (Quitito Asensio)

Espíritu Santo vivificador y guía permanente de La Loma, realizador de lo que hoy existe y animador de cada Alianza, gracias a Ti por toda esta historia. Fuiste Tú que nos permitió agregar ladrillo tras ladrillo a esta obra que alegra al Padre y a la Madre. Tú iluminaste noches oscuras, fortaleciste el ánimo cuando flaqueaba, diste discernimiento para orientar el rumbo, tallas La Loma dándoles rasgos propios y encendiste en cada corazón un fuerte, cálido y sencillo amor hacia lo alto. Todo ha procedido de Ti, todo retorna a través de Ti a la Trinidad amada.

Espíritu Santo, esta historia compartida se ha hecho Alianza de Vida. Por eso, siendo testigos de Tu acción santa con inmensa confianza queremos pedirte por el terruño que nos has animado a formar. Contigo La Loma sea siempre la tierra de la Providencia, la de la confianza sin límites en la acción misericordiosa del Padre. Que La Loma eduque hombres y mujeres que trabajen con la Providencia, construyan la sociedad desde la Providencia. Su sol y su aire, su alegría, descanso y dolor sea Providencia. Que esto sea enseñado por Ti en el joven, en la madre, en la pareja, en los que están hoy y en los que vendrán pasado mañana.

Espíritu Santo, conocedor del corazón humano trabaja sin cesar por una filialidad honda, arraigada, simple como la del niño. El don de Cristo que es el Hijo de Dios, te lo pedimos con vehemencia, con apasionada constancia y fuerza. Di en cada corazón Abba Padre. Haz que nosotros lo digamos todos los días y que también lo repitan las generaciones venideras.

La familia de La Loma es signo de Tu Presencia, sigue construyéndola con nuestra colaboración. Que sea una imagen fiel del Cielo, lugar donde siempre se solicita y trabaja por el pan del hermano, donde siempre está presente el esfuerzo por cobijar al otro, donde interesa la plenitud personal del tú, donde el recupero de toda la dignidad del hombre se hace acción con la Madre Tres Veces Admirable. Que tu Amor difusivo incremente la solidaridad y fraternidad efectiva para que todos y entre todos seamos uno.

Quisiéramos compartir esta alegría con la familia de Schoenstatt Argentina y pedirles que acompañen nuestro camino con oraciones y aportes al capital de gracias.