Exequias del Papa emérito Benedicto XVI

Exequias del Papa emérito Benedicto XVI

Dios es amor” como clave de su pontificado

Autor: Pbro. Federico Nadalich (Instituto de sacerdotes diócesanos de Schoenstatt) – Roma

Este sábado 31 de diciembre a media mañana se han escuchado en Roma el repique de algunas campanas. Anunciaban el fallecimiento del Papa emérito Benedicto XVI. El Papa emérito había fallecido a las 9:34 en el monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano. Tanto los medios de comunicación locales como las personas de a pie en Roma, se preguntan como serán las exequias, ya que es la primera vez en más de 600 años que fallece un Papa emérito.

Entre el lunes y el miércoles de esta semana, los restos mortales del Papa emérito Benedicto XVI estuvieron expuestos en la Basílica de San Pedro para que los fieles puedan pasar a dar el último adiós. Pasaron en los tres días cerca de 190.000 personas por la basílica.

La misa exequial tuvo lugar el jueves 5 de enero, a las 9:30 de la mañana, en una mañana fría y con un manto de niebla sobre la plaza San Pedro. En la misa  participaron unas 50.000 personas, cerca de 400 obispos, y éramos cerca de unos 4000 sacerdotes. Fue una ceremonia sobria y solemne presidida por el Papa Francisco. Un hecho histórico: que un Papa en funciones presida las exequias de su predecesor.

De las palabras del Papa Francisco durante la homilía de puede destacar el uso de la frase «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc23,46). A su vez el Papa Francisco citó las mismas palabras con las que Benedicto XVI iniciaba su pontificado y que han marcado sus años como Papa:

«Apacentar quiere decir amar, y amar quiere decir también estar dispuestos a sufrir. Amar significa dar el verdadero bien a las ovejas, el alimento de la verdad de Dios, de la palabra de Dios; el alimento de su presencia»[1]

Se podría decir que la expresión “Dios es amor” ha sido una clave que marcó su pontificado. Benedicto XVI será recordado también como un gran teólogo, como el padre del Catecismo de la Iglesia Católica. En el año 1986 el Papa Juan Pablo II le encargó al por entonces cardenal Ratzinger el proyecto de la elaboración de un Catecismo a la luz del Concilio Vaticano II.

Para terminar estas líneas, quisiera hacerlo citando justamente unas palabras de la encíclica Deus caritas est, del Papa Benedicto XVI:

“Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Benedicto XVI, Deus caritas est, I)


[1] Benedicto XVI, Homilía en la Misa de inicio del pontificado, 24 de abril de 2005.