Coronación de la MTA como “Madre y Reina de la salud física y espiritual”

Coronación de la MTA como “Madre y Reina de la salud física y espiritual”

Querida familia de Schoenstatt Argentina,

Transitamos momentos difíciles como humanidad entera. Nunca hemos experimentado con tanta intensidad aquel “entrelazamiento de destinos” del que nos hablara nuestro Padre. En el decir del Papa Francisco: “estamos todos en la misma barca”. Y ante esta tormenta, tememos. Tenemos miedo, ansiedades, nos turbamos y hasta nos desesperamos.

Hace unos días falleció un hermano en la Alianza, mendocino, Mario Caridad. Lo encomendamos al Señor. Pero también nos hizo experimentar muy de cerca la enfermedad y la muerte. 

Ante estas situaciones límites, nuestro Padre, en reiteradas oportunidades de su vida, nos condujo a coronar a María. Justamente en Argentina, también un sábado santo del ’52, en Paso Mayor, Bahía Blanca, ante la percepción del cambio de época y nuestro desvalimiento frente al mismo, nos decía:

“Nosotros le entregamos a la Madre de Dios el cetro, se lo ponemos en las manos. Sentimos que está naciendo un mundo nuevo. ¿Quién sabe hacia dónde se dirige todo esto? Nos hallamos inmersos en un terremoto espiritual. Por eso nos regalamos nuevamente a la Madre de Dios con la intención de que Ella tome el cetro en sus manos. Ella debe gobernar, Ella debe gobernar las distintas casas de nuestra comunidad, cada uno de nuestros corazones.” 

¡Cuanta vigencia y actualidad tienen estas palabras de nuestro Fundador! Y continúa: 

“No sabemos qué es lo que nos espera aún; sí sabemos que nos hallamos ante grandes conmociones.” 

Ante este escenario, desde Schoenstatt Internacional se nos invitó a sumarnos a la corriente de coronación bajo el título de “Madre y Reina de la salud física y espiritual” el próximo miércoles 15 de abril. Queremos unirnos como familia internacional y ponernos bajo el cuidado de María. Nos experimentamos desvalidos frente a esta situación desbordante que nos excede. Como argentinos, coronaremos en un año mariano y en concreto, cada uno coronará en sus hogares, en este tiempo en donde hemos experimentado profundamente las gracias del Santuario Hogar. Me arriesgaría a decir que, ¡nunca antes en la historia, la Mater había actuado tanto desde los santuarios hogares!

Sigue siendo actual la invitación del Padre Fundador de aquel sábado santo del ‘52 en nuestras tierras: 

“Esperamos que la Madre de Dios también nos ayude en la lucha por la subsistencia, que hasta cierto punto podamos vivir y morir con bienestar. Rezamos y pedimos: ¡Presérvanos! Tanto de la excesiva abundancia como de grandes preocupaciones. Ambos son peligros graves. Si tenemos en abundancia, no necesitamos más al Señor, y si las preocupaciones son demasiado grandes, muchos de nosotros, a causa de esas preocupaciones, podemos perder la capacidad de encontrar a Dios.”

Le volvemos a pedir a María que nos cuide y nos preserve para encontrarnos con Dios. Ese es el sentido de nuestra vida. Nosotros nos comprometemos a colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance. Tanto en lo personal como en el cuidado del otro. Son las grandes enseñanzas que esta cuarentena nos está dejando. No alcanza con cuidarme yo solo. Tengo que cuidar a los demás y ellos me tienen que cuidar a mí. Ese tradicional “no te metas” que como argentinos tenemos impregnado… ¡ha caído! ¡Nos hemos desinfectado! Sí me meto, porque ya estamos todos metidos. Estamos metidos en una misma barca.

Queremos coronarla como Familia internacional de Schoenstatt. No por ramas, ni por diócesis ni siquiera como nación. Todos, más allá de países, razas y lenguas. Esa es la invitación y el desafío. Coronarla significa un estar más a su servicio y a disposición de nuestros hermanos. Coronarla significa desprendernos más de nuestra propia vida, porque Ella es la que se preocupa por nosotros. Desprendernos de nuestra propia vida, no por inconsciencia, sino por amor a Cristo, que se entregó hasta el final. Por amor a María, que estuvo al pie de la cruz y por amor a nuestros hermanos, que Dios pone a nuestro lado, en la misma barca, para atravesar esta tormenta.

¡Felices Pascuas! Quedamos en eso, permanecemos fieles,

P. Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional

En nombre de la Presidencia de Schoenstatt Argentina, y del Consejo de la Central del Movimiento de Schoenstatt de Argentina.





Para el día de la coronación, les compartimos el Rito junto a la oración de coronación que nos unirá como Familia argentina: