Abrir la mente y el corazón

Abrir la mente y el corazón

Autor: P. Daniel Jany
PH: “Mujer corredentora”, de PATRICIA SCHELSTRAETE DE ALIAGA

La imposición de la ceniza en la celebración de este miércoles actualmente suele ir acompañada de la invitación a abrir nuestra mente y nuestro corazón (no del todo felizmente expresada con el término “convertirse”) a la alegría del Evangelio o Buena Noticia de Jesús.

Con el símbolo de la ceniza Jesús nos propone transformar la relación natural con Dios, basada en la obediencia a normas y sujeta a premios o castigos (podríamos llamarla “pagana”), en una relación fundada absolutamente en la experiencia del Amor de Dios El P. Kentenich desarrolló esta perspectiva hace ya más de setenta años, en los años 30, en una de sus jornadas más recomendables, editada bajo el título “Las fuentes de la alegría”.

Por eso el Miércoles de Ceniza iniciamos un camino de 40 días hacia la Semana Santa durante el cual, sobre todo a través de las primeras lecturas de los domingos, acompañamos al Pueblo de Israel en los pasos que da para ir descubriendo cada vez más el Amor de Dios.

El primer domingo de este año marca esa senda a través de la famosa y simbólica figura de Noé (Gn 9,8-15), por la cual los autores bíblicos reinterpretan diversos relatos antiguos (que usaban las inundaciones como ejemplo de castigo divino) y muestran la Voluntad de Dios que quiere bendecir al hombre, y por él a toda la creación, invitándolo a entrar en una relación de alianza o amistad con El, representada por el arco iris.

En cada cosa buena que experimentamos podemos descubrir a Dios que nos manifiesta su amor, ya que la alegría auténtica y profunda no surge por el mero disfrute sino por la relación que se establece con la Persona que nos brinda su propia Bondad. Así crece en nosotros una alegría agradecida y generosa. Claro, a veces notamos que el mundo que nos rodea no es Dios, que tiene sus límites, y eso nos duele. Pero eso es harina de otro costal, a considerar desde la Luz Gloriosa de Jesús que Resucita. También, para quien quiera profundizarlo, el P. .Kentenich desarrolló el tema en los años 30, en la “Vinculación Profética, Sacerdotal y Heroica” al mundo, en la “Santificación de la Vida Diaria”.

Durante estos días podemos hacer nuestra la oración que el fundador de Schoensttat propone para el atardecer: “Haz que mire con fe cómo el Amor del Padre me acompañó en este día”.

Con las palabras del P. Kentenich cuando bendijo el Santuario de la Madre del Pueblo en Pascua de 1952, deseo que Ella nos ayude a ser mujeres y varones de alegría pascual.

P. Daniel Jany

“Mujer corredentora”, de PATRICIA SCHELSTRAETE DE ALIAGA