Desafíos actuales del 20 de enero

Desafíos actuales del 20 de enero

Autor: Hna. María Pilar Carrère

Transitamos un enero atípico. Limitados en muchos sentidos por las consecuencias de esta pandemia que continúa en el centro del escenario mundial, vivimos la incertidumbre como desafío de la Providencia, como gran oportunidad para un intenso entrenamiento espiritual basado en constantes saltos de confianza.

“Decía Víktor Frankl que no hemos venido a este mundo a hacer preguntas del tipo ¿cómo saldré o saldremos de esta?, ¿qué me espera o nos espera mañana?, ¿cuál será el desenlace de esta situación?, ¿por qué a mí o por qué a nosotros?, ¿por qué ahora?, etcétera. Nadie tiene la respuesta a esas preguntas, por más que nos las prometa. Y eso se debe, afirmaba Frankl, a que nuestra misión no es hacer preguntas, sino dar respuestas. La vida es la que pregunta, y lo hace a través de situaciones. Son situaciones que ella determina y sobre las cuales no tenemos control, pero siempre tendremos recursos para responder”.[1]

Quizás en el 2020 que concluyó recientemente hemos ido aprendiendo que saber transitar la incertidumbre es un signo claro de inteligencia, de aptitud para la vida y, sin duda, de santidad. ¡Cuántos recursos para responder a la incertidumbre nos ha regalado Schoenstatt! Es probable que el recurso “estrella” en el año pasado haya sido el Santuario hogar. Y este enero nos llama la atención sobre otro gran recurso de nuestra espiritualidad: el 20 de enero y su espíritu. Fue el gran salto en la confianza divina dado por el Padre Fundador en 1942 al decidirse libremente a no evitar su deportación al campo de concentración de Dachau, ofreciendo esta privación de su libertad exterior por la libertad interior de su familia espiritual. Creo que en el marco de lo que hoy vivimos podemos concluir que se trata de un recurso poderoso y sumamente actual: saber saltar en la confianza de caer en los brazos del Padre Dios Amor.

A menudo el Padre Fundador nos invitaba a “aterrizar” este concepto: 20 de enero, en situaciones personales bien concretas y para ello utilizaba la expresión interrogativa: ¿cuál es Mi 20 de enero? Valdría también la ampliación a la comunidad, familia grupo, curso, familia de Schoenstatt – NUESTRO 20 de enero. Es decir, ¿Qué salto de confianza en los brazos del Padre Dios Amor nos está pidiendo dar la Providencia?

La confianza es siempre un gran riesgo así como lo es el amor, no hay amor sin confianza. Quien ama, confía y también es misericordioso con las debilidades del amado. Así es Dios con nosotros, así nos invita él a ser nosotros con los demás. El Padre Fundador también confía en nosotros en este nuevo 20 de enero y nosotros confiamos en él, esa es la Alianza que nos une como familia en solidaridad de destinos.

Esta confianza recíproca y solidaridad familiar es la base para lo que el Papa Francisco en su última carta Encíclica llama: amistad social. Inspirado en la parábola del buen samaritano, nos insta a hacernos cargo como él de las heridas de nuestro prójimo. “Es un texto que nos invita a que resurja nuestra vocación de ciudadanos del propio país y del mundo entero, constructores de un nuevo vínculo social…Con sus gestos, el buen samaritano reflejó que la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro”[2].

Este 20 de enero abre el año del 70 aniversario de la bendición de nuestro Santuario del Padre. Es un llamado a renovarnos en la misión que allí nos fue regalada por Dios como familia de Schoenstatt argentina: “Uno de los mensajes nucleares de Schoenstatt es el mensaje de Dios Padre, es el mensaje de su imagen terrena, del transparente de Dios, y éste como el medio más importante y vital para que se dé en forma viva y eficaz una profunda e íntima filialidad frente al Padre Dios”[3]. Nos decía el Padre Fundador.

La orfandad de techo y de cielo, como la caracterizaba Ernesto Sábato en su libro La Resistencia, ha llegado en nuestra Patria al punto de que sea legal que una madre mate a su hijo en su seno. En pocos días más, esta inhumana ley entrará en vigor en la Argentina. Pero este no es sino un exponente extremo de una multifacética cadena de orfandades que nos hieren en lo más profundo.

Posibles desafíos actuales del 20 de enero: reconstruir la amistad social siendo padres y madres de una Argentina familia en el lugar y en la tarea que a cada uno nos toca. Generar una gran cadena de gestos de confianza y de solidaridad a la luz del 20 de enero del Padre Fundador que hoy nos llama a liberar de esta manera, su carisma para la Patria y para la Iglesia.

En algunas ocasiones el Padre Fundador caracterizó al 20 de enero de 1942 como una gran prueba de autenticidad. Pensaba en estos días que el año pasado fue para nosotros, como Obra de Schoenstatt, una gran prueba de autenticidad. No en vano ocurrió en el año “20-20”. En solidaridad familiar pasaremos la prueba que nos hará más auténticos y por eso, más fecundos.

La Reina, la gran influencer de Dios, según el Papa Francisco, nos da la clave de la profunda influencia: abrirnos filialmente a los planes del Padre Dios y atravesar así la incertidumbre. Así seremos faros del mundo nuevo que se está gestando y al que estamos llamados a dar respuestas.


[1] Sergio Sinai. Nuestra única certeza. Newsletter Sophia. 6 de enero 2021.

[2] Papa Francisco. Carta Encíclica Fratelli Tutti. N° 66.

[3][3] P. José Kentenich. Palabras para la bendición y colocación del símbolo de Dios Padre en el Santuario del Padre. 19 de marzo 1952. En: Santuario del Padre. Documentos. Hermanas de María Argentina. Florencio Varela 1987.