Aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich: Si pudieramos

Aniversario del fallecimiento del Padre Kentenich: Si pudieramos

Si pudiéramos

Autor: Graciela y Juan Klobovs


Si pudiéramos descolgar alguno de tus retratos Padre y darle vida, lo haríamos.
Para sentarnos junto a vos en aquel viejo banco de madera y conversar.
Para caminar a tu lado rezando el rosario o contemplar en la arena, a orillas del mar, las nuevas playas.
Si pudiéramos, Padre, te preguntaríamos:  
¿Cuántas misas celebraste en tu vida?
¿Cuántas almas elevaste en la patena de la ofrenda?
¿Cuántas veces pronunciaste las palabras de Jesús, sobre el pan y el vino?
¿Cuántas bendiciones impartiste?

Soñaste tu primer Misa, la anhelaste.
Y seguramente tenías agenda completa para aquel 15 de septiembre después de la misa, no estaba en tus planes que tu bendición se transformara en despedida.

Por última vez trazaste la cruz en el aire, uniendo como nunca, el más allá con el mas acá.

Tus pasos a la sacristía, comenzaban a dar cierre a una vida confiada y heroica, abriendo las páginas de la historia, haciendo que Dios, sea un Dios de la vida, en la vida de tantos.

Tu último suspiro se transformó en aliento, en soplo de surcos hacia horizontes insondables. Rompiendo fronteras, cruzando mares, escalando alturas.

Y en esos horizontes, nosotros. Nosotros hoy, en nombre de tantos.

Un día nos miraste, nos llamaste, nos sedujiste y conquistaste para navegar en la hondura y profundidad del amor de Dios a quien tanto amaste, arraigándonos en la palma de su mano y anclándonos en el dulce y maternal corazón de María.

En la intimidad que nos regala nuestro Santuario Hogar, de corazón a corazón, te contemplamos con nuestra humilde sinfonía de gratitud.

Gratitud a tu vida generosa, entregada y solidaria. Gratitud a tu docilidad a la voluntad de Dios. Gratitud a tu confianza ciega y absoluta en tu Alianza con María.

Gratitud a tus huellas con aires de libertad, de heroísmo que nos convoca a gritos a entregar nuestros leños al fuego de la pasión por la misión heredada.

Aunque fuerzas externas nos sacuden, nos duelen, hoy más que nunca queremos darte nuestro abrazo fuerte, cercano y filial. La necesidad de abrazarte y confiarte que estamos contigo. Si, hoy y más que nunca izamos la bandera de tu nombre, que flamee en lo más alto, haciendo frente a vientos huracanados y tormentas. Aquí estamos, vamos contigo, mar adentro.

Tu herencia es nuestra misión, Schoenstatt nuestra vocación.

Seguís despertando vocaciones, gratitud a tu sabiduría plasmada en tantas conferencia y textos, fuente inagotable de crecimiento personal, matrimonial, familiar y comunitario. Un señalador en nuestro camino de conquista de ideales y corrientes de vida, que nos impulsa a la creatividad para vivir el anhelo de santidad, aun tan lejano. 

Plenos por habernos revelado al Dios que es bueno, que es Padre; un Dios que es providente de una misericordia desbordante.

Gratitud por inspirarnos a conquistar nuestra libertad interior, en la confianza más absoluta, de la que fuiste protagonista en tantos sucesos de tu propia vida, como tu vida en Dachau y el exilio. Por alentarnos a descubrir nuestra originalidad, nuestra identidad de hijos únicos, originales e irrepetibles.

Por educarnos en amor y en libertad, tarea que intentamos plasmar como padres en quienes nos son confiados a diario. Intentamos.

Por alentarnos a crecer junto a muchos, conquistándonos como hermanos, en familia, forjando tu familia.

Por la locura de aquella Alianza y hoy, la Alianza que transforma.

Por el Santuario y el Santuario Hogar. Testigo de crecimiento y del milagro interior. Por las lágrimas y sonrisas ofrendadas y transformadas desde lo alto en gracias y bendiciones.

Por sembrar en nosotros, casi inconscientes, la semilla que florece en vínculos sanos y alegres, fusionando vidas, protagonizando así, las páginas de tu historia. La Historia de tu Familia.

Si pudiéramos.

Si pudiéramos, volaríamos por los aires, cruzando los mares, y de rodillas ante tu presencia, recibir tu bendición.

Y vos, si pudieras ¿qué retrato del Padre descolgarías?

“Fuego de su fuego
Alma de su alma
Eres grito y voz en la tempestad
Eres fuego que nos lleva al sol”

¡Vamos Contigo!

Graciela y Juan Klobovs