Carta de Alianza agosto 2024
Querida familia de Schoenstatt de Argentina:
¡Les deseo un bendecido y feliz día de Alianza! Estas últimas semanas estuvieron signadas, entre otras cosas, por la magia de los juegos olímpicos. Esta competencia con toda su tradición genera un atractivo único que nos habla del valor de la perseverancia en el entrenamiento y de la confianza en que el esfuerzos nunca es en vano.
Al histórico lema citius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte) se le añadió en el 2021, luego de la pandemia, la palabra communiter, es decir, juntos. Así se explicitó el valor de la fraternidad como otro rasgo propio del espíritu olímpico.
Quizás por su contraste con lo fraterno, el acto inaugural resultó un tanto accidentado. La parodia a la última cena irritó a muchos católicos y también a no católicos. Fue blanco de muchas críticas. Pecó en contra del espíritu olímpico y opacó lo increíble de la puesta en escena que fue toda la ceremonia. No deja de sorprenderme el revuelo y la difusión que el tema tuvo en las redes. Sirve para tomar conciencia de que lo religioso es algo constitutivo del ser humano y que, aunque no vivamos ya en la cristiandad, la sociedad en general capta el valor de la trascendencia y que debe ser respetada en todas las formas particulares que se vivan.
El espíritu deportivo, con el sacrificio que implica, es fácilmente extrapolable al mundo espiritual. San Pablo, cuando les escribió a los griegos, grandes deportistas, inventores de las olimpíadas, les hablaba de la vida de fe como la carrera, el buen combate. Que el ejemplo de los atletas nos mueva a seguir entrenando y exigiendo el corazón (que paradójicamente es un músculo) en nuestra vida de Alianza. Esta tiene algo de maratónico, se vive sin prisa, pero sin pausa. No alcanza con un par de días vividos profundamente. Toda nuestra vida quiere ser vivida en Alianza con María, la portadora de la verdadera llama olímpica, el fuego de Cristo.
Asunta, pero con nosotros
Hace unos días celebramos la solemnidad de la Asunción de María. ¡Cuánta alegría nos da esta fiesta! Nos dice mucho de Ella y también de cómo es nuestra fe como Iglesia. Es una celebración fundada en la tradición de la fe del pueblo de Dios. Desde un comienzo se intuyó que María de Nazareth era única, distinta pero sin embargo, una de nosotros.
Así se fue fraguando la creencia en su Inmaculada Concepción y en su Asunción al cielo en cuerpo y alma. La sabemos con Dios, por eso es Reina, la sabemos junto a nosotros, por eso es madre, la sabemos involucrada en nuestras vidas, por eso es intercesora y educadora. Es un saber más del corazón que de la misma inteligencia.
En el mismo año de la proclamación del dogma de la Asunción, el PK en la jornada de octubre en Schoenstatt decía: “En sentido estricto el dogma nos dice lo que ya nos anuncian las palabras: la Madre de Dios ha sido recibida en el cielo, también con su cuerpo. En su sentido pleno, la proclamación del dogma de la Asummptio esclarece también la posición de la Madre de Dios como Regina y Mediatrix.
Su posición como ´Regina´: ella fue recibida con su cuerpo y alma en el cielo y ahora está reinando allá arriba. Efectivamente no se entroniza a nadie para que descanse: Ella fue entronizada para que inicie un dominio en el mundo y por lo tanto para preparar también el gobierno único de Cristo y de la Iglesia aquí en la tierra.”
Hay una lógica en esta creencia del pueblo fiel. El amor siempre eleva. Nos sirve como criterio de discernimiento en nuestro actuar. María fue asunta porque el amor de Dios la elevó. Los santos son santos porque se supieron amados, elevados por Dios y supieron vivir entregados elevando a los demás. Así, al final de sus vidas, Dios termina de elevarlos. Los lleva consigo a su gloria, para que lo “ayuden” en su tarea de ser un Dios providente.
Frutos de Alianza
Se está llevando a cabo la Jornada nacional de la Rama de Madres en Nuevo Schoenstatt, F. Varela. Se han reunido junto al Santuario Nacional casi 300 madres para reencenderse en su ideal de rama: “Como custodia viva, ser corazón en el Nazareth del Padre”. Nos unimos a ellas con espíritu de agradecimiento por lo que significan y realizan por toda la familia de Schoenstatt especialmente en nuestros centros, santuarios y ermitas.
También se está desarrollando en Paraná el Encuentro Nacional de Madrugadores. Unos 260 varones se han congregado. Los acompañamos en la oración. Nos alegramos de esta gran corriente de vida que son los madrugadores y que ha excedido la vida de nuestros santuarios y ermitas. En la actualidad hay grupos de madrugadores en muchas parroquias de varias ciudades que tienen poco contacto con la estructura del movimiento. Que importante es este encuentro entonces para poder vincularse al origen de esta corriente de vida: la Mater en el santuario.
Falta muy poquito para la bendición del Santuario de San Juan. María reina en Cuyo y tendrá un nuevo trono de gracias. Nos unimos espiritualmente a esta recta final de la construcción bajo el lema: “Santuario de María, milagro de Tu Providencia”. Y quiera Dios podamos muchos sumarnos presencialmente al gran hito de la bendición el próximo 15 de setiembre. Se transmitirá en vivo por el canal de YouTube de Schoenstatt Argentina para todos aquellos que no puedan viajar.
Celebraciones
Transitamos el año de la oración, impulsado por el Papa para preparar el corazón para el próximo año santo y jubilar. Hace unos días recibí la noticia de que el Santuario de Belmonte, en las afueras de Roma, será puerta santa que regalará indulgencias a todos los peregrinos. Quiera Dios que también a otros santuarios de Schoenstatt les sea regalada esa gracia, tal como lo fue en el Año de la Misericordia. Lo esperamos con fe.
Ayer celebramos un aniversario más del paso a la inmortalidad de un padre de la Patria, el Gral. José de San Martín. Vida entregada por la libertad de nuestro pueblo, vivida en un alto heroísmo. Honrar su vida es seguir viviendo nuestra Alianza ofrecida por nuestro pueblo argentino.
Hoy celebramos el día del niño. Preferidos de Jesús. Vayan a ellos mis saludos y bendiciones. Sabemos de la predilección de nuestro Padre y Fundador por ser niños ante Dios. Que hoy también aquellos que ya estamos biológicamente lejos de la niñez, podamos renovarnos espiritualmente en este ideal de la filialidad ante Dios.
Que María Reina, a quien celebraremos el próximo 22, nos bendiga siempre. Me encomiendo también a sus oraciones para este último tiempo que me resta en la dirección del Movimiento. El mes próximo estaré concluyendo mí mandato y en octubre parto a Roma. Les envío bendiciones y un cariñoso saludo.
Quedamos en eso, permanecemos fieles.
P. Pablo Gerardo Pérez
Director Nacional
Movimiento Apostólico de Schoenstatt Argentina
Compartimos el link del video de Alianza de agosto 2024 https://youtu.be/NZW2xhorn70